Articulo de mi tocaya Dina.
En un mundo que avanza a mil por hora, nada se mantiene estable demasiado tiempo. ¿Te pasa, no? Lo que aprendiste ayer, hoy ya es viejo. ¡Tanta evolución hizo que hasta las tentaciones y desafíos fueran otros! Y como estamos viviendo experiencias nuevas, los pecados que cometemos también son nuevos. Nuestras abuelas no vivían pendientes de su look, por ejemplo. ¿Entonces qué? Jamás se hubiesen gastado todos sus ahorros en ropa, ni hacerse adictas a las cirugías, caer en la anorexia o la bulimia, perseguir el éxito a cualquier precio o agredir a otras mujeres por ser más lindas que ellas... Ahora, en cambio, cuando todo pasa por el afuera, los pecados capitales tienen otra cara y, la verdad, no es muy bonita que digamos...
