lunes, 12 de septiembre de 2011

EL DOLOR ES LUZ.

Detrás del dolor y el sufrimiento encuentras LUZ. Reconociendo los retos como tal, te libera a aceptar la responsabilidad para el proceso de corrección del alma que esta siendo presentada a ti, en todo momento del día.

Toma lo que recibes, ve a Dios dentro de esto, y transforma el caos en algo superior.

Cuando te enfrentes a retos, resiste la respuesta de analizar inmediatamente con tu mente analítica, y en lugar de eso, reconoce tu parte de luz que dice: "Es hora de hacer frente a esto". Yehuda Berg.

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Cuando llegan los problemas o situaciones tan duras, con las que sientes que tu alma ya no puede, es cuando mas debes de trae tu luz interior a enfrentar esta oportunidad de aprovechar el dolor y sufrimiento para crearlo y convertirlo en luz y en puertas a otras faces de tu vida que te traerán crecimiento. Este traer tu luz interior para luchar es un empujón que le das a tu alma para seguir en el proceso de crecimiento espiritual que necesita para avanzar y aprovechar los aprendizajes en esta vida.

Nada sucede si Dios no sabe y tu alma no reconoce la capacidad de aguantar, aceptar, y transformar el reto y el crecimiento de una situacion, por mas dolorosa que parezca.

El metal se moldea con calor intenso. Y al trabajar el metal en fuego, este se convierte en mas fuerte y mas resistente que su forma natural. Como humanos, tenemos que entrar en etapas de calor intenso para transformarnos y volvernos mas resistentes, fuertes, conscientes, y firmes. No nos sirve de nada permanecer en etapas de descanso o de comodidad por mucho tiempo (aunque nos sintamos felices y sin preocupaciones en ellas), ya que son en estas etapas cuando nuestra luz interior se estanca o se encoge. A esta vida venimos a expandir, compartir y contagiar nuestra luz interior. Si nuestra luz interior esta inmóvil, no hace nada de lo anterior.

Dina.


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