No hacer nada, de forma sana, significa estar dispuesto a desconectarse de toda distracción externa o de preocupaciones. Significa estar feliz en nuestro medio ambiente, estar cómodo con el "ahora", y en paz con nosotros mismos.
¿Cuanta gente se preocupa por no tener nada que hacer? ¿O de sentirse inútiles cuando no están haciendo nada?
El silencio verdadero, de la mente y de nuestro entorno, debe ser relajante y vigorizante. Cuando no lo es, debemos de analizar qué está sucediendo dentro de nosotros mismos y que necesitamos cambiar de nuestra forma de pensar y tomar la vida.
No estoy hablando de no hacer nada por flojera, o por que no te crees capaz y por eso no haces nada... Estoy hablando de momentos claves que la vida te da para poder "no hacer nada". Esos momentos llegan para que los aproveches y te conectes con tu persona, y profundices con tu interior.
El arte de no hacer nada involucra una preparación interna emocional, quietud mental, y una madurez mental. El estar cómodo y dar la bienvenida al "hacer nada" en nuestras vidas ayuda a cultivar una paz interior que le da propósito a nuestra vida de afuera. Es como un momento de repaso, de revisión, y de compostura.
La meditación es una forma activa de lograr ese silencio y esa paz interior. La meditación en silencio es la mejor forma de lograr una paz interior significativa.