"Cada vez que te enfureces, tu alma se separa del cuerpo, y se crea una apertura donde las fuerzas de la negatividad entran en tu ser.
Tu podrías haber tenido esta experiencia anteriormente donde tal vez gritaste explosivamente o físicamente golpeaste a alguien con ira, y pensaste: "No puedo creer que acabo de hacer eso. Este no fui yo." Te sentiste completamente fuera de control. Eso es porque tu no estabas en control: las fuerzas negativas controlaban tu persona.
Resistir la tentación de reaccionar en realidad alimenta tu alma, llenándola de la Luz de Dios y ampliando tu potencial para alcanzar alegría y felicidad."
Yehuda Berg